Conoce 5 de los trastornos psicológicos más comunes

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El mundo académico y profesional de la salud mental cuenta con múltiples campos de estudio, y uno de estos es el de la detección y tratamiento de trastornos psicológicos.

Gracias a personalidades que aportaron a la carrera de Psicología y muchos años de investigación, en la actualidad existe una mayor comprensión de estas enfermedades mentales y de la forma en la que pueden ser abordadas.

¿Te parece una buena idea conocer algunos de los trastornos psicológicos más comunes? Se trata de un tema interesante y valioso que te permitirá comprender sin prejuicios a las personas que poseen estas afecciones y ampliar tus conocimientos en un área de estudio muy importante para la sociedad.

Si te interesa leer sobre esto, ¡no dejes de leer!

1. Esquizofrenia

El cine, la televisión e, incluso, relatos de personas cercanas te deben haber dado cierta idea de lo que es la esquizofrenia, pero hoy la conocerás desde un punto de vista mucho más profundo, académico y científico.

Este trastorno psicológico está agrupado dentro de los psicóticos, que son aquellos que suelen llevar a las personas a perder el contacto con la realidad en la que viven.

En el caso de la esquizofrenia, sus pacientes experimentan alucinaciones, pensamientos perturbadores que los alejan o aíslan de la actividad social y, en consecuencia, dificultan su vida diaria.

Además de esto, las personas con esta enfermedad mental presentan síntomas como delirios y catatonia, un síndrome psicomotor que conlleva rigidez corporal, ausencia del habla y, en general, algunos comportamientos inusuales.

Esta clase de síntomas son considerados determinantes, puesto que son manifestaciones muy claras que una persona sana no suele presentar.

También, existen síntomas negativos, que engloban cosas que los individuos sanos pueden hacer cotidianamente, pero que los esquizofrénicos dejan de realizar. Específicamente, hablamos de falta de respuesta emocional, apatía y retraimiento social.

Ahora bien, es importante tener en cuenta que la esquizofrenia está dividida diferentes tipos, por ejemplo:

Paranoide

Ésta es la más habitual. Se caracteriza por el predominio de las ideas delirantes, como se le conoce a falsas creencias basadas en una realidad ajena a la que se vive.

Hebefrénica

En este tipo de esquizofrenia predominan las alternaciones emocionales. Por ejemplo, los pacientes se ríen o lloran sin ningún motivo.

Catatónica

Esta esquizofrenia conlleva alternaciones motoras agudas e, incluso, la inmovilidad del paciente, así como agitaciones constantes.

Incluso, estas alternaciones pueden causar dolor, por lo cual la intervención de terapeutas o licenciados en Enfermería también puede ser necesaria.

Indiferenciada

El mundo de la salud mental demanda constante estudio y análisis. Los trastornos no siempre se presentan tal cual los síntomas tradicionales.

Un ejemplo de ello es este tipo de esquizofrenia que simplemente es aquella que no reúne los criterios de las clases anteriores y presenta todos los síntomas mencionados a la vez.

En cuanto al tratamiento de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, demanda el uso de fármacos que evitan que el paciente sufra brotes.

También, es indispensable el seguimiento continuo y la comunicación constante entre los familiares y cuidadores y el especialista.

Ten presente que la esquizofrenia es uno de los trastornos psicológicos más delicados, ya que puede llevar a los pacientes a atentar contra su salud de manera consciente o inconsciente.

Además, las familias que tienen miembros con este trastorno pueden enfrentar crisis que requieren atención psicológica general o de especialistas en Trabajo Social que puedan orientarlos.

2. Trastorno delirante

Piensa es esa escena cliché de muchas películas de suspenso en la que el protagonista camina por un callejón solitario y piensa que alguien lo está siguiendo u observando, sin que esto sea cierto. Desde el punto de vista psicológico, esto puede ser reflejo de un trastorno delirante.

Este problema, también es conocido como paranoia y, al igual que la esquizofrenia, forma parte de las enfermedades mentales psicóticas.

Para identificar a las personas con este trastorno debemos evaluar las características de alguien que experimente constantes ideas delirantes. Algunas de esos rasgos son:

Creencias persistentes

Las ideas delirantes suelen ser siempre las mismas, volviéndole una especie de realidad paralela para quienes las experimentan.

Cuando son afectados por el trastorno delirante, los individuos están realmente convencidos de que son perseguidos o maltratados sin que esto sea cierto.

Estado de ánimo irritable

Uno de los mayores peligros de este trastorno es que genera irritabilidad en las personas y, en consecuencia, las hace mucho más propensas a desarrollar conductas violentas en momentos determinados.

Además, esta enfermedad mental también está asociada con los cambios de ánimo repentinos, por lo cual los individuos pueden llevar una vida aparentemente normal, que incluya trabajo, estudio y actividades similares, pero experimentan lapsos de crisis esporádicamente.

Secretismo

Como familiar de una persona con trastorno delirante o especialista, no hay que esperar que ésta comunique su problema de forma sencilla.

En cambio, es necesario estar consciente de que el individuo preferirá ocultar sus delirios o, simplemente, piensa que estas situaciones que se presentan en su mente son reales, así que no admitirá fácilmente que tiene una enfermedad.

Desorganización

Aunque una persona con trastorno delirante puede desempeñar actividades cotidianas, realmente enfrenta dificultades para llevarlas a cabo.

Principalmente, esto se debe a que la paranoia ocasiona que sean muy desorganizadas, distraídas y, en ocasiones, pierdan el sentido del tiempo.

Además de esto, para comprender este trastorno es importante conocer los diferentes tipos de ideas delirantes. Específicamente existen 5:

I. Persecutorio

Este tipo es el más común. Literalmente, las personas que la padecen están convencidas de que son víctimas de un complot que pone su vida e integridad en peligro.

II. Grandioso

Como su nombre lo refleja, estas ideas hacen sentir a las personas grandiosas, importantes y poderosas.

Se trata de delirios de grandeza que hacen convencer a la persona de que tiene un talento prodigioso o ha realizado acciones que tuvieron un gran impacto en la sociedad.

III. Somático

Este tipo de trastorno o ideas delirantes hacen pensar a los individuos que su cuerpo desprende un mal olor, que son afectados por una bacteria o que tienen una grave lesión, por ejemplo.

Se trata de delirios que afectan los sentidos y la percepción sobre el cuerpo.

IV. Celoso

Este tipo de ideas ocasiona que las personas imaginen pruebas o evidencias sobre supuestas infidelidades de su pareja.

El gran peligro de estos delirios es que pueden originar conductas agresivas, impulsando a que los afectados tomen acciones violentas contra sus compañeros sentimentales.

V. Erotomaníaco

Quienes padecen o experimentan este tipo de ideas creen que otra persona está perdidamente enamorado de ellos, así que se ponen en contacto con ella y le envían cartas, regalos y correos, o, simplemente, las llaman o intentan contactarlas con frecuencia.

Como ves, existen diferentes tipos de ideas delirantes que condicionan las características y metodologías de los tratamientos.

Generalmente, la atención especializada debe de estar acompañada del suministro de fármacos que ayudan a aliviar los síntomas y, sobre todo, permiten que los pacientes piensen con claridad.

Además, los expertos en salud mental tienen que aplicar técnicas que contribuyan con que el afectado comprenda que sus pensamientos están siendo alterados por un trastorno.

3. Trastornos del Espectro Autista (TEA)

Este tipo de trastornos ya no son considerados como enfermedades por muchos especialistas, pero sí se tratan como afecciones o alteraciones de salud mental.

De hecho, dentro de la teoría psicológica están enmarcados dentro del grupo de trastornos del neurodesarrollo.

Lo primero que debes saber es que, al no tratarse de enfermedades, no se puede hablar de ¡curarlas!, sino de brindar tratamientos que ayuden a quienes la poseen a llevar una vida placentera y activa.

Además, al ser considerados trastornos de desarrollo, gran parte de los estudios e investigaciones están orientadas a la niñez, pues es el momento ideal para iniciar los tratamientos o el seguimiento por parte del especialista.

Los estudios más recientes, citados por el portal especializado Psicología y Mente, arrojan que 1 de cada 100 niños puede padecer algún tipo de TEA.

Esto ha hecho que la sociedad contemporánea esté mucho más consciente de la existencia de los mismos y de la importancia de generar las condiciones de entorno ideales para quienes los poseen.

Otro aspecto importante es que estos trastornos psicológicos tienen diferentes grados, por lo cual en algunas ocasiones son casi imperceptibles, mientras que en otras son evidentes.

En cuanto a los tipos de TEA, podemos segmentarlos en 4 grupos:

I. Autismo o Síndrome de Kanner

Éste es el principal tipo de autismo e, incluso, algunas personas consideran que es el grupo de Trastornos del Espectro Autista en sí.

No obstante, la realidad es que se trata de una clase de autismo que fue descubierto y estudiado por Leo Kanner, un destacado psiquiatra austríaco del siglo XX. A esto se debe que también sea conocido como Síndrome de Kanner.

En líneas generales, los niños autistas poseen una limitada conexión emocional y, en ocasiones, parecieran estar inmersos en su propio mundo.

Sin embargo, en la mayoría de los casos pueden insertarse en la escolaridad y otras actividades de la vida cotidiana.

Además de esto, existen muchos otros aspectos interesantes relacionados con el autismo, como:

Genios autistas

Como mencionamos recientemente, los niños y jóvenes con autismo pueden integrarse en el mundo académico e, incluso, sobresalir.

Es muy posible que durante la preparatoria hayas estudiado con un autista y siquiera lo notaste. También puede suceder lo mismo si decides cursar una carrera en línea o presencial en la universidad.

Probablemente, el desarrollo mundial, especialmente de las ciencias y las artes, ha estado influenciado por genios con autismo.

Algunos estudiosos del mundo psicológico, como el psiquiatra británico Michael Fitzgerald, han analizado científicamente las personalidades y características de luminarias intelectuales, concluyendo que estos contaban con algún grado de autismo.

En el caso de Fitzgerald, estudió nada más y nada menos que a Isaac Newton, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig Beethoven, Immanuel Kant y Albert Einstein.

Cráneos más grandes que el promedio

Sí, el tamaño del cráneo suele ser mayor en las personas que cuentan con autismo. Esto se debe a que segregan tasas más elevadas de niveles hormonales, relacionados con el crecimiento físico.

Específicamente, la circunferencia craneal de los individuos con autismo es más amplia que el promedio, pero esto puede resultar imperceptible a simple vista.

Otro cambio o variación física entre las personas con este trastorno psicológico y el resto lo encontramos en el rostro. Los autistas pueden tener la boca y los ojos ligeramente más anchos que el promedio, al igual que la proporción de frente.

Rápido procesamiento de información

Las personas con autismo tienen una llamativa y sorprendente capacidad de procesar información, haciéndolo más rápido que la mayoría de la población mundial.

También, suelen mostrar más habilidades a la hora de separar información y datos de interés de aquellos que no tienen relevancia.

II. Síndrome de Asperger

Este es el TEA que resulta más complicado de diagnosticar, por lo cual el diagnóstico suele realizarse después de los primeros meses de vida.

Quizás, el motivo de que esto sea así es que los pequeños con Asperger parecen tener un desarrollo normal, hasta que empiezan a evidenciar pequeñas dificultades para desenvolverse socialmente.

Aunque no hay un consenso entre todos los especialistas y estudios, muchos asocian el origen de este síndrome a la disfunción de varios circuitos cerebrales y las áreas que están relacionadas con la evolución de la relación social.

Entre las señales de que un niño tiene el Síndrome de Asperger podemos mencionar:

Retraso motor

Este tipo de señales se presentan cuando el grado del síndrome es muy elevado.

Se trata de torpeza, movimientos bruscos y otras características que demuestran que el desarrollo motor está un poco rezagado con respecto a un niño promedio.

No mirar a los ojos

Los niños, jóvenes y adultos con Asperger suelen evitar mirar a los ojos a las otras personas cuando hablan con ellas, generalmente debido a la timidez.

Comprensión literal

Esto quiere decir que una persona con Asperger entiende las cosas tal cual el significado literal y académico de las palabras, por lo cual no resulta recomendable dirigirse a ella a través de expresiones coloquiales o con doble sentido.

Intereses y actividades restringidas y sistemáticas

Las personas con Asperger suelen interesarse por muy pocas cosas. Eso sí, se vuelven expertos y apasionados por los pocos temas o actividades que les llaman la atención.

III. Trastorno desintegrador infantil o Síndrome de Heller

Este trastorno suele presentarse a partir de los 2 años, pero muchas veces se descubre a los 10 años o en el final de la niñez.

Al igual que los trastornos que mencionamos anteriormente, afecta el desarrollo social y las interacciones, así como la motricidad (en algunos casos).

En comparación con el autismo y el Síndrome de Asperger, el Síndrome de Heller es muy poco común, entre 10 y 60 veces menos frecuente que estos.

Los niños con este síndrome experimentan una especie de retroceso, que origina la pérdida de habilidades adquiridas. Incluso, ellos mismos suelen darse cuenta de esto, lo que les ocasiona problemas emocionales.

Además, esta dinámica degenerativa sigue durante toda la vida, aunque pueden presentarse pequeños lapsos de mejora, lo que hace que represente un reto emocional constante para quienes la padecen y sus entornos.

IV. Trastorno generalizado del desarrollo no especificado

En algunas ocasiones, las personas presentan síntomas clínicos heterogéneos que permiten identificar que tienen algún grado de Trastorno del Espectro Autista, pero que dificulta clasificarlos dentro de algún tipo en específico.

Por esa razón, a estos pacientes se les asigna o clasifica dentro del trastorno generalizado del desarrollo no especificado.

4. Trastorno bipolar

Este es otro de los trastornos psicológicos graves y complejos que tratan los especialistas en salud mental.

Una de sus particularidades es que suele convivir junto a otra clase de enfermedades mentales, como la esquizofrenia, por ejemplo.

A su vez, existen diferentes tipos de bipolaridad o trastornos asociados a ésta, como:

Ciclotimia

Para algunos especialistas es una variante del trastorno bipolar, mientras que para otros es uno de sus periodos.

Lo cierto es que la ciclotimia conlleva síntomas menos graves, como fases leves y breves de depresión e hipomanía.

Los individuos son diagnosticados con este trastorno cuando estos síntomas esporádicos se siguen presentando por más de 2 años.

Trastorno bipolar de tipo I

Este grupo abarca a aquellas personas que han presentado manías durante al menos una ocasión en su vida.

Además, este segmento sólo toma en cuenta a aquellos que han experimentado episodios de manía, pero sin que esto conlleve depresión.

Trastorno bipolar tipo II

Muchas veces, este tipo de trastorno bipolar se confunde con depresión mayor, por lo cual el diagnóstico debe realizarse de manera precisa y luego apoyarse de un estudio profundo.

Esta clase de trastorno se diagnostica sólo cuando el individuo ha combinado uno o más episodios de depresión con hipomanía.

Trastorno bipolar de ciclo rápido

En este punto nos referimos a los pacientes que experimentan hasta 4 o más episodios de manía o depresión en un solo año. Se estima que este tipo de trastorno lo sufren cerca del 20% de las personas con bipolaridad.

Trastorno bipolar no especificado

Como hemos explicado en trastornos anteriores, en algunas ocasiones las personas presentan rasgos que no les permiten ser clasificadas dentro de un grupo tradicional.

Por ejemplo, suelen ser enmarcadas dentro del trastorno bipolar no especificado los individuos que tienen alternancias rápidas, en cuestión de días, entre síntomas maníacos y síntomas depresivos, por lo que no cumplen con el criterio de duración mínima de las clases anteriores.

En lo que sí coinciden todos estos tipos de trastornos es en que requieren de fármacos durante el tratamiento, así como vigilancia de los hábitos de vida de los pacientes.

Al igual que la esquizofrenia y otros trastornos agudos, lo ideal es combinar la atención de psicólogos y psiquiatras.

5. Trastornos de ansiedad

¿Sabías que este es el tipo de trastorno más frecuente tanto en consultas como en la población general? Por esa razón es importante saber de qué se trata.

Los orígenes de esta clase de trastornos psicológicos se asocian con un alto nivel de activación psicofisiológica, que provoca malestar y negatividad.

Las personas que los padecen suelen evitar las cosas y situaciones que le producen ansiedad, lo cual limita sus vidas cotidianas.

Dentro de esta clase de desórdenes mentales se encuentra el trastorno de pánico y los distintos tipos de fobia, entre éstas:

  • - Zoofobia (fobia a los animales).
  • - Hematofobia (fobia a la sangre).
  • - Acrofobia (miedo a las alturas).
  • - Astrafobia (miedo a las tormentas).
  • - Pluviofobia (miedo a la lluvia).
  • - Aerofobia (miedo a volar en aviones).
  • - Claustrofobia (miedo a los espacios cerrados).
  • - Amaxofobia (miedo a conducir).

Además, otro tipo de fobia común, que denota trastornos psicológicos de ansiedad u otra índole, es la social.

Existen personas que tienen temor o resistencia por la interacción y las relaciones sociales, muchas veces a raíz de pensamientos catastróficos, como miedo a equivocarse o tener una experiencia vergonzosa.

¡Eso es todo! Ya conoces los principales tipos de trastornos psicológicos. Sin duda, se trata de un tema muy interesante, ¿cierto?

Si te llama la atención el estudio de las enfermedades mentales y, sobre todo, la posibilidad de ayudar a las personas que las padecen, podrías valorar la opción de estudiar la carrera de Psicología luego de culminar la preparatoria.

Como ves, aún quedan muchas cosas por investigar y estudiar en relación a la salud mental, así que el mundo necesita de nuevos profesionistas y especialistas en esta área.

¡Tú puedes ser uno de ellos!

Para que te acerques un poco más a esta carrera, puedes empezar por conocer a las universidades que la ofrecen.

Eso sí, lo más recomendable es que sólo tomes en cuenta a las instituciones con una amplia trayectoria y programas académicos avalados por las autoridades, específicamente por el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RVOE) de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

¿Te resultó de provecho este artículo sobre los principales trastornos psicológicos? Si tienes alguna inquietud sobre este tema en general o, específicamente, acerca de alguna de las afecciones de las que hablamos, ¡no dudes en plantearla en la casilla de comentarios!

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Escrito por Ana Gutierrez

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